El cóndor es una de las aves más grandes del mundo, lleva a medir hasta 3 metros, tiene la cabeza y el pico desnudo y con excrecencias carnosas colgando del rostro, el pico es curvo y tiene en el cuello un collar de plumas o golilla de color blanco si es el cóndor de los Andes o de plumas negras si es de California, siendo estas las dos únicas especies. Pueden volar en busca de comida sin esfuerzo pues se remontan con las corrientes de aire caliente que suben desde el suelo y ya en el aire planean desde una corriente a otra pudiendo recorrer grandes distancias sin batir las alas.
Según cuenta la leyenda que tiene su origen en Mendoza, el cóndor no siempre usó la golilla que lleva tan elegantemente en el cuello. Se acostumbró a su uso después de haber sido derrotado, luego de una vergonzosa lucha, en la que lidió con un diminuto rival.La cosa ocurrió así : Don Cóndor había bajado al valle en ocasión de unas ¨chinganas¨ (fiestas populares que se hacen en los arrabales) y que se celebran con motivo de la Semana Santa. En uno de los tantos bodegones instalados cerca de una plaza Don Cóndor conoció a un compadrito charlatán y pendenciero, muy conocido en el pago por su apodo de ¨Chusclín ¨ se trataba nada menos de un vulgar chingolo. |
Luego de una entretenida charla en la que don Cóndor y el Chusclín alardeaban de hazañas pendencieras y famosas ¨chupaderas¨ ( en Cuyo chupar significa beber vino), como fin de la charla formularon entre sí una singular apuesta. Se desafiaron a beber vino, el que chupara más sin curarse o emborracharse ganaría la apuesta y el perdedor, es decir el que se embriagara primero pagaría el vino consumido y la vuelta para todos. Don Cóndor de buena fe trataba de agotar el líquido de una sentada sin reparar que Chusclín cada sorbo que bebía lo arrojaba al suelo sin que don Cóndor lo notara.
Como Don Cóndor no estaba acostumbrado al vino pronto empezó a sentir dolor de cabeza y para atenuarlo se ató un pañuelo de vincha. Cuando don Cóndor advirtió el juego de Chusclín se le fue encima, Chusclín veterano peleador lo esperó sereno y confiado. Poco duró la pelea porque Chusclín con un certero golpe sangró la nariz de su contrincante que solo atinaba a defenderse. En el entrevero, el pañuelo que don cóndor tenía atado a la cabeza se le cayó quedándole en el cuello y desde entonces lo lleva allí.
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